Las concesiones de radiodifusión usadas por canallas

 

Por Israel Quiñones

Es imposible ignorar la intensa confrontación que existe actualmente en el entorno político nacional. La adelantada temporada electoral exacerba los ánimos de los contendientes, ya que, al fin y al cabo, lo que se está disputando es el poder, y eso no debe perderse de vista.

Ante la magnitud de la contienda que se está llevando a cabo por el futuro de nuestro país, el papel de los medios de comunicación es un factor ineludible, ya que cuentan con una capacidad trascendental para llegar a una gran cantidad de población en una sola emisión de un mensaje.

A pesar de estar en medio de la era digital y el auge de los medios digitales, la televisión, un medio del siglo pasado, sigue acaparando la mayor cantidad de audiencia. Esto se debe en gran medida a la Reforma Constitucional en materia de Telecomunicaciones y Radiodifusión realizada durante la pasada administración federal, que permitió que la Televisión Digital Terrestre (TDT) abarcara más del 95 por ciento del territorio nacional, gracias al espectro radioeléctrico que fue prácticamente otorgado a los tenedores de las concesiones de las principales cadenas de televisión.

Ricardo Salinas Pliego, quien obtuvo la concesión de la segunda cadena de televisión más importante de México durante el gobierno de Salinas de Gortari, ha sido un empresario camaleónico, adaptándose a los gobernantes en turno, incluso al actual presidente López Obrador, y ha sabido utilizar su concesión para sus intereses personales.

Aprovechando la explotación sin escrúpulos del espectro radioeléctrico bajo su administración, Salinas Pliego ha creado empresas como "Banco Azteca" y ha fortalecido las tiendas que heredó de su padre, Hugo Salinas Price, fundador de las tiendas minoristas "Elektra", las cuales han sido señaladas por su sistema de financiamiento abusivo. Además, Salinas Price fue uno de los empresarios que más contribuyó al financiamiento y construcción de la ultraderecha en nuestro país, llegando al punto de presumir en su libro "Mis años con Elektra" la conformación del grupo de choque llamado "Muro" y del partido Nacionalista Mexicano.

Con estos antecedentes, Salinas Pliego ha dirigido desde las pantallas de televisión una campaña contra el gobierno federal, en particular contra los nuevos libros de texto, aplicando el mismo modelo de comunicación que se utilizó cuando ocurrió el asesinato del conductor Francisco Stanley el 7 de junio de 1999, durante la administración del Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, quien, por cierto, pertenecía a un gobierno de izquierda.

El conductor principal de los noticieros de TV Azteca decía algo así como "El virus comunista", al más puro estilo de un conductor de noticias estadounidense de los años 50, durante la oscura etapa de la Guerra Fría y la ideología conocida como "macartismo". Las pantallas de Azteca Noticias se llenaron de acusaciones ideológicas en contra de las publicaciones que se pretenden distribuir para este próximo ciclo escolar.

Hemos sido testigos de un resurgimiento de una moral propia de mediados del siglo XX. La televisora concesionada a Salinas Pliego se ha convertido en un ariete de la derecha más conservadora, a la cual su padre, Hugo Salinas, aportó grandes cantidades de dinero para que su legado se mantuviera fuerte a lo largo de los años. En la actualidad, la señal que viaja por el espectro radioeléctrico concedido a Salinas Pliego acusa al comunismo de representar un peligro para la cultura y las buenas costumbres mexicanas.

La realidad nos muestra que este tema va más allá de una cuestión ideológica y doctrinaria. Es más bien un asunto político y económico. Salinas Pliego mantiene una deuda superior a los 32 mil millones de pesos con el SAT (Servicio de Administración Tributaria), además de impulsar una defensa a favor de los intereses de editoriales extranjeras que antes recibían grandes sumas de dinero por imprimir y distribuir libros de texto gratuitos para millones de niñas y niños en educación básica. También hay señalamientos de que intelectuales afines al pasado régimen tenían su papel en "adoctrinar en el neoliberalismo" a las jóvenes mentes de la niñez mexicana.

En resumen, este resurgimiento de la moral del pasado, junto con la posición mediática de Salinas Pliego y los aspectos políticos y económicos en juego, contribuyen a una mayor polarización del ambiente político y electoral que se comienza a calentar cada vez más. En esta línea de ideas, es notable el destape de las intenciones y preferencias de los dueños del capital, que se han comenzado a sublebar contra algo que pareciera les ofende y es que, la capacidad de recuperación económica que ha mostrado este gobierno y la idea de igualdad, se ha convertido en una especie de lucha por mantener el statu quo de una clase que se siente elegida por Dios, pero, ¿qué Dios?

 

 


Comentarios